El mercado de la cosmética natural ha crecido tanto en los últimos años que ya no es un nicho de mercado. Lo que constituye un cosmético natural difiere según a quién se le pregunte. Sin embargo, una cosa es segura: la industria de la belleza natural está en auge.
Las ganas y el deseo de las marcas de gran consumo en tener el máximo beneficio, con el menor coste, les lleva a la creación de una cosmética natural con gran cantidad de sustancias químicas perjudiciales para la salud, y por consiguiente para la piel.
Cosméticos naturales que no lo son tanto
Existen sustancias “falsas” que nos cuentan el aporte de nutrientes, pero en realidad no aportan nada… Un ejemplo lo tenemos en algunas cremas que anuncian como antiarrugas que están cargadas de químicos que rellenan la piel, haciendo desaparecer esas pequeñas arrugas, pareciendo más tersa… lo que ocurre en realidad es que las sustancias tóxicas provocan inflamación, que a la larga provocan flacidez de los tejidos y la piel estará más dañada todavía.
Otros agentes químicos nos prometen hidratación, pero lo que hacen en realidad es bloquear nuestra barrera lipídica natural de la epidermis (aceites minerales) resecando la piel cuando dejamos de utilizar el producto, con la sensación de que necesitamos otra vez el producto que nos aportaba esa hidratación, pero la realidad es que estos agentes tóxicos como los aceites minerales es crear una falsa adicción que a largo plazo crean más irritación y acné.
Una característica en la cosmética natural que encontramos como normal, y no lo es en absoluto… son los agentes decolorantes, sustancias incluidas en los cosméticos que prometen aclarar el tono de la piel dando una apariencia más fresca y joven, pero es solo un engaño visual. El “ammonium” un agente nocivo incluido en algunos cosméticos, causa con el tiempo verdaderos problemas de pigmentación y foto-sensibilización aguda, provocando en nuestra piel a la larga tendencia a quemarse y a envejecer prematuramente.
Pasa exactamente lo mismo que las famosas “siliconas” utilizadas en la mayoría de cosméticos para el cabello, que lo recubren formando una película que da sensación de cabello sano y lustroso, pero solo es a nivel superficial, pues lo que realmente provoca es que no dejan pasar la hidratación y nutrición necesaria para el cabello, si hablamos del cuero cabelludo tapona el folículo provocando su asfixia y pérdida de cabello a la larga lo mismo que otras anomalías como dermatitis y exceso de grasa.
La verdad de la cosmética comercial que prometen rápidos y grandes resultados, no por contener más ingredientes y bonitos y sonantes ingredientes es mejor y más efectiva.
Debemos buscar la calidad, lo natural y ecológico, siendo las plantas mayoritariamente donde se encuentran estos ingredientes que cuidan de una manera efectiva y sin daño nuestra piel, que además nos dará un bienestar general.
Recordar que lo mejor es buscar un sello de certificación ecológica que nos ayuda a reconocer cosméticos libres de estas sustancias nocivas para nuestra salud. Dichas certificaciones tienen un estándar a seguir como no utilizar ingredientes de origen animal, ni hacer pruebas en animales, además de utilizar ingredientes de origen natural y ecológico que sobrepasa en la mayoría de los casos el 95%.
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